
Arroz seco con rebozuelos, níscalos y costilla de cerdo
Este arroz de montaña reúne toda la esencia del bosque en un solo plato. Las costillas de cerdo, tiernas y doradas, aportan un fondo rústico y carnoso, mientras que los rebozuelos y los níscalos ofrecen sus matices terrosos y aromáticos, combinando dulzor, humedad y ese toque silvestre tan característico de los hongos de otoño.
El resultado es un arroz contundente y fragante, con aromas a leña, sotobosque y hogar. Un plato que evoca caminatas por la sierra, chimeneas encendidas y el sabor auténtico de la cocina tradicional de temporada.


