
El cocido madrileño es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía de Madrid y de toda España. Su origen se remonta a la olla podrida castellana medieval, un guiso de garbanzos, carnes y verduras que fue evolucionando con el tiempo. A partir del siglo XVII, el cocido se consolidó como plato popular en Madrid, primero entre las clases humildes (que aprovechaban los restos de carne y legumbres) y más tarde también entre la nobleza, que lo refinó y convirtió en símbolo de la cocina madrileña.
Tradicionalmente se servía en tres vuelcos:
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El caldo, resultado de cocer todos los ingredientes, servido como sopa. 
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Los garbanzos y verduras. 
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Las carnes, el auténtico corazón del plato. 
Su fuerza está en la riqueza del caldo, el equilibrio entre legumbres y carnes, y el uso de productos humildes que se transforman en un guiso de sabor profundo y reconfortante.


 
 
					
				
 
			
				 
			
				 
			
				 
			
				 
			
				